domingo, 6 de marzo de 2016

Canalización 27/02/16

El gran sabio dijo una vez: "Todo lo que está en el mundo no es más que una ilusión del pasado".
La frase se refiere a que todo lo que vemos le damos una connotación a las palabras construidas en el pasado. Signos,  símbolos, significados. Pero no vemos lo real, que es más amplio todavía. Y queda así vedado mucho de lo que verdaderamente es real.
Esta explicación tampoco debería sorprendernos o confundirnos. No soy más que un simple mensajero. Pero mi palabra significa hechos reales a trasluz de la historia. Se denotan conceptos reales con inventados. Se ven imágenes arcaicas, casi arquetipicas con conceptos históricos y modernos. El lenguaje nos encarcela y nos hace partícipes de una mentira mayor: la historia. La historia, el tiempo no existen. Son un sueño casi real. Pero no del todo.
Hay seres que vuelan, saltan, caminan. Pero no los vemos. O no queremos verlos. No podemos clasificar algo sin descomponerlo, diseccionarlos ante una gran lupa que distorsiona  lo que vemos.
¿Se puede pensar sin palabras? ¿Sin prejuicios ni conceptos agregados? Ahí radica el eje de la cuestión. La verdad escapa a nuestra vista porque no podemos salir del mundo creado, ilusorio.
Podemos formular una frase mil veces. Todas distintas. Cada vez significará algo distinto. El inconsciente se escapa, se cuela entre las ranuras. Pero no del todo. La verdad queda relegada a un segundo plano, el del conocimiento verdadero.
La luz no alcanza. La magia, el arte, nos conectan a nuestras raíces más profundas. Aquellas sin palabras. Música, gestos, sonidos. Todo lo que era antes del hombre. La luz tapa todo, pone orden al caos. Pero la verdad es caos también.
No dejes de cuestionarte qué es cierto en el mundo. ¿Este mundo? ¿Otros? La verdad escapa al conocimiento cuando este es necio, rígido, cerrado.
Crear es arte y por lo tanto verdad. Pero La Verdad es una, única. Somos parte de ese canto. Falta sólo volver a él.

Con amor, P...

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